
Desde hace tiempo, la empresa Ticketmaster ha estado en el ojo del huracán, desde el episodio del Corona Capital, hasta las filas virtuales. Ahora tomó un nuevo rumbo y provocó algo que no se había visto en México.
Esto sucedió durante el concierto de Bad Bunny en el Estadio Azteca. Ocurrió un caos total debido a que se habían detectado un número importante de boletos clonados y falsos, provocando que mucha gente no pudiera ingresar al recinto, incluso, los mismos que revisaban los boletos (según varias denuncias) rompieron los tickets.
Los ánimos estaban encendidos. En redes sociales circuló una foto del estadio a las 8:30 PM, hora en que debía de empezar el concierto, se mostraba vacío.

“Para garantizar la seguridad de todos los asistentes al concierto de Bad Bunny, se cancelaron dichos accesos y se extremaron todas las medidas con apoyo de personal de seguridad privado de la SSPC”, anunció el Estadio Azteca.
El concierto se llevó a cabo, pero las fallas de Ticketmaster opacó el show. En la madrugada, la empresa comunicó que el dinero por los boletos legítimos que fueron rechazados este viernes serán reembolsados e igualmente ofrecieron una disculpa por lo sucedido.
Ahora, se están preparando denuncias colectivas, acobijadas por la Profeco, quien dio las herramientas necesarias para hacer valer sus derechos.

La reventa, sobreventa y otras más, han provocado que esta boletera esté en la mira y a pesar de las experiencias anteriores, siguen este tipo de actos.
Tal vez no nos guste el reggaetón, pero lo que si no nos gusta, es que nos hagan tranzas con un boleto que costó mucho dinero y que al final no te dejen pasar.